"Es difícil saber lo que ocurrirá. Mucho show"
"Es difícil saber lo que ocurrirá. Mucho show", dice una fuente diplomática venezolana consultada por RT. La sesión de este martes tendrá como único tema "la situación en la República Bolivariana de Venezuela" y fue convocada por las delegaciones de Argentina, Bahamas, Barbados, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía y Uruguay. Caracas considera "espuria" la reunión porque se celebrará sin el consentimiento del gobierno bolivariano.
Este encuentro es un episodio más del amargo historial de Venezuela en la OEA, desde la llegada del chavismo al gobierno. Sin embargo, la estadía del uruguayo Luis Almagro en la secretaría general de la organización ha contribuido a agriar el clima con Caracas de manera que, por segunda vez en menos de doce meses, el funcionario intenta propiciar la aplicación de la Carta Democrática contra la nación caribeña. ¿Qué tan cerca está de lograrlo?
Cuentas que no dan
Para el internacionalista Jean Paul Mertz, lo que más apremia a las delegaciones son las cuentas: "EE.UU. aún no consigue los 24 votos para suspender a Venezuela e incluso le está costando conseguir los 18 necesarios para asegurar la mayoría".
Pero para que haya una suspensión, Washington debe lograr 24 votos a favor de excluir a Caracas del sistema interamericano, una situación que podría poner en aprietos políticos y económicos al ya complicado panorama del país petrolero. De fallar en ese primer escenario, advierte Mertz, "se puede aprobar un documento condenatorio por mayoría simple que ayudaría a crear un 'expediente base' para incrementar sanciones unilaterales".
Expediente viejo
"La sesión del martes no puede verse como un hecho aislado, es en realidad parte de una hoja de ruta que se ha reactivado desde hace dos semanas con la resolución del Congreso norteamericano que recomendó al presidente Donald Trump increpar a Almagro para que actuara contra Venezuela", detalla la fuente diplomática.
El viernes pasado, el canciller de México, Luis Videgaray, confirmó que un grupo de 14 países impulsaba un documento para "presionar" a Venezuela con un puñado de "exigencias" a su poder público, las mismas que horas antes había esgrimido el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner.
Esa "consonancia" no pasó por alto. La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, denunció entonces que México actuaba bajo la expresa instrucción de Washington: "(Videgaray) agrede a Venezuela para congraciarse con sus dueños imperiales". Sin embargo, el contubernio de 14 países no alcanza para asegurar que haya una acción contundente este martes.
Las alianzas regionales constituidas desde hace casi dos décadas por la diplomacia bolivariana juegan a favor de Venezuela para restarle, al menos, 11 votos al grupo de países que quieren "presionar" una intervención y así impedir que se concrete una expulsión. En el tablero, el Caribe juega una posición clave. Y EE.UU. lo sabe.
Tenaza en el Caribe
"Con ese grupo de los 14 países, ellos tuvieron un retroceso", revela la fuente venezolana en Washington, tras detallar que desde hace meses había un grupo de 15 naciones en la OEA que prácticamente "preaprobaba" todas las acciones contra Venezuela. Esta vez, Belice se abstuvo de respaldar el comunicado.
La naciones caribeñas, por su parte, han actuado en bloque a favor de la institucionalidad en la OEA, violentada por Almagro al participar activamente en una campaña contra Venezuela, llamar "dictadorzuelo" al presidente Nicolás Maduro, usar su posición de funcionario para actuar de manera parcializada por la oposición venezolana y redactar un informe sobre la situación política del país que no solicitado, que no tuvo ningún efecto y que fue archivado el año pasado.
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